La promesa de un Evangelio liberador

La invitación del Papa al Sínodo de jóvenes de octubre de 2018 nos viene ‘como anillo al dedo’. El camino que propone es doble: por un lado, dice que “la Iglesia ha decidido interrogarse sobre cómo acompañar a los jóvenes para que reconozcan y acojan la llamada al amor y a la vida en plenitud”; y, por otro, quiere “pedir a los mismos jóvenes que la ayuden a identificar las modalidades más eficaces de hoy para anunciar la Buena Noticia”.