A 14 años de la canonización del Padre Alberto Hurtado su mensaje sigue vigente

Dado el momento que vive nuestro país, a modo de homenaje al Padre Hurtado, queremos entregar una frase dicha por él, por cada año de santidad, es decir 14. ¿Qué hubiese dicho el Padre Hurtado en estos momentos? Tal vez lo mismo que dijo a fines de los ’40 y que nos puede dar alguna idea de cómo ayudar a Chile.

A la ceremonia de canonización asistieron todos los poderes del Estado chileno, incluyendo al Presidente de la República de ese entonces, Ricardo Lagos y su señora, un grupo de jóvenes y adultos de escasos recursos beneficiados por el Hogar de Cristo y más de siete mil chilenos, representativos de todas las culturas y grupos de nuestra sociedad, quienes inundaron el Vaticano de banderas y emoción.

Mientras tanto, en Chile multitudinarias vigilias se realizaron en todo el territorio. En Santiago, más de 25 mil personas llegaron hasta la Explanada del Santuario Padre Hurtado para vivir este histórico momento.

Sentido Social

Uno de los ámbitos de acción del santo chileno, fue la social: El 18 octubre de 1947, en audiencia especial con el papa Pío XII,  le presentó un memorial sobre la situación social del catolicismo en Chile, que había sido antes revisado por el P. General de la Compañía de Jesús, y le pidió la bendición para su proyecto de trabajo social en A.SI.CH. El Papa lo alentó mucho.

De vuelta a Chile, madura su proyecto de la ASICH, poniendo como punto de partida su sólido fundamento en Cristo y en su Iglesia. La tarea es dura y no exenta de malos entendidos y críticas injustas. La ASICH nace para ofrecer formación cristiana a los obreros, centrada en la enseñanza social de la Iglesia, y con miras a defender la dignidad del trabajo humano por sobre cualquier consigna ideológica.

Las críticas se repiten; sin embargo no logran desalentar al Padre Hurtado. Una carta que revela la personalidad del P. Hurtado, dice: «Claro que hay muchos peligros, y que el terreno es difícil… ¿Quién no lo ve? Pero, ¿será ésta una razón para abandonarlo aún más tiempo?… ¿Que alguna vez voy a meter la pata? ¡Cierto! Pero, ¿no será más metida de pata, por cobardía, por el deseo de lo perfecto, de lo acabado, no hacer lo que pueda?».

Frases del Padre Hurtado, (1947 a 1952)

1.- Para que el amor de la Patria  pueda mantenerse, se requiere que ésta ofrezca a sus ciudadanos un mínimo de condiciones a su espíritu, a su cuerpo, a su vida individual y familiar, a sus aspiraciones de cultura, que les permitan sentirse plenamente hombres, ciudadanos conscientes y con oportunidades de progreso.

2.- El católico debe luchas con todas fuerzas valiéndose de todas las armas justas para hacer imperar la justicia.

3.- La meditación, la oración, la educación, debería mantenernos con ojos siempre abiertos al dolor humano.

4.- La paciencia, la dulzura, la calma son cualidades morales que desarman a los hombres. A las masas inspiran respeto y admiración, aún en aquellos dispuestos a la hostilidad, la abnegación sincera, la caridad sencilla, real y verdadera.

5.- El gran acto de renunciamiento no es algo negativo. No es un abandono de cosas que valen. Es más bien el encuentro de un valor excesivamente superior a todo lo que se presenta a los ojos del cuerpo.

6.- Nuestra acción o inacción tiene un sentido social. La Iglesia ganará o perderá algo, según que yo cumpla o no cumpla mi papel, el que Cristo me ha señalado.

7.- El concepto de Patria exige sacrificios para que haya entre los miembros de la familia nacional una vida digna de hombres para todos.

8.- La miseria no es problema político. Es un problema de fraternidad. La malicia ha sido hacerla problema político: en ese plan no tiene más solución que la fuerza

9.- Quien tiene sentido social, comprende perfectamente que todas sus acciones repercuten en los demás hombres, que les producen alegría y dolor y comprende, por tanto, el valor solemne del menor de sus actos.

10.- El hombre con sentido social no espera que se presenten ocasiones extraordinarias para actuar. Todas las situaciones son importantes para él, pues repercuten en sus hermanos.

11.- Hay dos mundos demasiado distantes: el de los que sufren y el de los que gozan, y deber nuestro es recordar que somos hermanos y que en toda verdadera familia la paz y los sufrimientos son comunes.

12.- Hay muchos que están dispuestos a hacer la caridad, pero no se resignan a cumplir con la justicia; están dispuestos a dar limosna, pero no a pagar el salario justo…

13.- La injusticia causa enormemente más males que los que puede reparar la caridad.

14.- Buscar el dinero para hacer el bien, sí, pero con tal que se comience cumpliendo con la justicia. Hacer la caridad faltando a la justicia es reírse de Dios.

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