Al conmemorarse este jueves el primer aniversario del asesinato de Camilo Catrillanca, ocurrido el 14 de noviembre de 2018, Carlos Bresciani, S.J., Vicesuperior encargado de la misión jesuita en territorio mapuche manifestó el pesar con que se vivió esta fecha: “Con dolor y tristeza recordamos un año del asesinato en manos de Fuerzas de Seguridad y Orden del Estado del Peñi Camilo Catrillanca. Es un dolor profundo, una herida muy abierta aún, no solo en la familia de Camilo a la que le entregamos toda nuestra solidaridad, sino también a una comunidad en la que él participaba. A todo un pueblo que vuelve a recordar con dolor la historia de muchas décadas de abuso por parte del Estado. De un sistema abusivo que de modo racista ha vulnerado los derechos humanos del pueblo Mapuche”
El sacerdote jesuita expuso la visión de la de la Compañía de Jesús en Tirúa, sobre el asesinato del joven de 24 años, que sufrió un disparo en la cabeza por parte de funcionarios de la policía uniformada en medio de un operativo del denominado “Comando Jungla” y exigió que no haya impunidad tras el juicio que se realizará el 26 de noviembre.
“Pedimos que se haga justicia de verdad, que no se vele por equilibrios políticos, sino que se busque la justicia, la que de verdad trae la paz. Que se haga justicia en su caso y también en todos los otros donde peñis y lamniens han sido maltratados de forma judicial, policial y política”.
A casi un mes del inicio de las protestas sociales que se han realizado en Chile, Carlos Bresciani SJ, manifiesta que todo el dolor del asesinato de Camilo Catrillanca no es sólo una lucha particular, sino que “tiene que ver con el pueblo chileno y sus derechos colectivos; con el dolor de un pueblo que quiere autonomía, derechos y autodeterminación para que podamos decidir entre todos y todas”.
Treinta y dos manifestaciones en todo el país y 7 en el extranjero, entre ellas, una en el centro de Temuco que congregó a 5 mil personas desde el mediodía, marcaron el jueves 14 de noviembre de 2019. Tras participar y analizando en profundidad la situación, el encargado de la misión jesuita en Tirúa nos dejó su reflexión:
“El contexto que está viviendo el país hace visible lo que desde hace muchas décadas se viene dando en el territorio mapuche: es un sistema abusivo que no ha sabido respetar los derechos políticos de un pueblo. Ahí está el gran malestar con que nos sumamos a este día. Este abuso también se da en el pueblo chileno, que ha sufrido y hoy se levanta para decir “no más. Un maltrato en la imposibilidad de ser actores relevantes en la situación política, económica y social del país”.
“El estado y los gobiernos han dejado cómo lenguaje de resolución de conflictos sociales, solamente la zanahoria y el garrote, eso implica que la calle sea el único espacio de solución de conflictos de lo que polariza, genera un círculo que nos va violentando en el corazón… es el lenguaje que nadie quiere, pero no lo permite el gobierno y los espacios políticos”.
Carlos Bresciani, S.J., Vicesuperior encargado de la misión jesuita en el Wallmapu.
Para cerrar Bresciani manifestó que el diálogo, la participación y un cambio de sistema pueden ayudar a superar la crisis de representación en el país: “Me produce una gran tristeza lo que ha estado pasando en el país y en el territorio Mapuche. El gran error del Estado, de los gobiernos sucesivos, es no haber creado los espacios de participación política, además de un modelo económico que esté avalado por una constitución. Eso ha impedido que los distintos actores, hombres y mujeres, de cada barrio, no hayamos podido definir el futuro de nuestro país”.