Becas de Fundación Lican: un compromiso con los jóvenes de Tirúa

Como parte de la misión de la Compañía de Jesús en Tirúa, la Fundación Lican mantiene un sistema de becas de apoyo a los estudiantes de enseñanza media que deben estudiar fuera de la comuna.

Cada año, 75 jóvenes que cursan su enseñanza media fuera de Tirúa son beneficiados con un apoyo económico de la Fundación Lican. Esto porque en la comuna solo existe un liceo donde estudiar hasta cuarto medio. 

La beca consiste en un monto de dinero mensual, 25 mil pesos, que ayuda a paliar el gasto total que deben asumir las familias. También se realiza acompañamiento e instancias de formación grupal y orientación dos veces al año: una en vacaciones de invierno para los estudiantes de cuarto medio y otra en vacaciones de verano para los estudiantes de primero, segundo y tercero medio.

Desde el año 2003, 392 jóvenes han contado con este beneficio gracias a su esfuerzo y ganas de salir adelante.

El director ejecutivo de Fundación Lican, P. Juan Fuenzalida SJ, explica que el espíritu de estas becas es “apoyar a los jóvenes y sus familias, que hacen el esfuerzo de salir a estudiar a un liceo fuera de la comuna, buscando mejor educación. En la comuna hay sólo un liceo, en el pueblo. Sabemos lo importante que es la educación para abrir las posibilidades a los jóvenes y para aportar al territorio”.

Los requisitos son mantener un 5,7 de nota, vivir en Tirúa, y estudiar en un liceo fuera de la comuna. Se postula en el mes de diciembre, y luego de las entrevistas se hace una selección a partir de criterios socioeconómicos. 

Berta Reyes es hace cinco años la encargada y coordinadora de las becas. “Es hermosa esta misión de ayudar económicamente a estudiantes de familias de escasos recursos de la comuna y que van a estudiar a otros lugares lejanos. Me siento feliz de tener este trabajo ya que además ayudo a mi familia”.  Ella misma vivió la experiencia de contar con este beneficio en su familia ya que su hija Darling Freire fue seleccionada. “Es una bendición tener las becas, ya que existe una gran necesidad en la mayoría de las familias y se les hace cuesta arriba que sus hijos tengan que estudiar lejos. Esto les da esperanza para salir adelante y es un aporte al esfuerzo que día a día hacen por avanzar y terminar su enseñanza media”. 

Graciela Sáez es profesora de educación básica de la Universidad de Concepción y hace clases en la escuela Chillimapu del sector rural de Tirúa. “La beca de la Fundación Lican me ayudó en la enseñanza media para costear pasajes hasta Cañete, comprarme colación y materiales que requería en ese entonces. Es un gran aporte para quienes estudiamos fuera de nuestra comuna y de nuestras casas, nos ayuda con los pasajes y también para tener un recurso disponible cuando se requieren comprar materiales o se quiere comer algo o comprar insumos de aseo personal para las mujeres.  El nexo fue mi mamá, ya que nosotras siempre hemos participado de actividades de la Iglesia y con los sacerdotes jesuitas”.

A Luis Necul su profesora jefe de enseñanza básica lo ayudó a postular a la beca de Fundación Lican. Cursó su enseñanza media en el Liceo Politécnico de Cañete, y con la beca costeaba sus pasajes. Luego de continuar sus estudios, egresar de Ingeniero Mecánico en Concepción y trabajar ocho años en esa ciudad, volvió a Tirúa a trabajar como mecánico. “Las becas ayudan mucho para sostener de alguna manera los estudios. Yo le tengo mucho cariño a la beca ya que me ayudó mucho en ese tiempo porque los recursos eran más escasos y yo soy el mayor de 4 hermanos y todos estábamos en la escuela así que fue una ayuda importante. Estoy muy agradecido de la Fundación Lican porque ayudan cuando uno quiere salir adelante”.

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