Este 19 de marzo recordamos el ejemplo de San José, esposo de la virgen María y padre escogido por Dios para conducir la Sagrada Familia de Nazaret. Protector de nuestra Iglesia y Patrono de la Compañía de Jesús, en estos momentos de preparación en Cuaresma y de incertidumbre por la crisis sanitaria mundial es una guía para mantener firme valores fundamentales como la humildad y la justicia.
Coincidentemente, hoy, con es el séptimo aniversario del inicio del Pontificado del Papa Francisco, uniendo su historia a la Solemnidad de San José a quien le ha dedicado oraciones y lo ha transformado en patrono de la familia y del trabajo.
El Santo Padre puso de manifiesto la devoción jesuita a San José desde el primer minuto, y así lo dijo en la Plaza San Pedro en Roma en 2013: “Doy gracias al Señor por poder celebrar esta Santa Misa de comienzo del ministerio petrino en la Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal: es una coincidencia muy rica de significado”.
La protección de San José de ahí en más estaría consagrada. Durante su viaje a Filipinas a inicios de 2015, el Pontífice también hizo una reflexión sobre las tres lecciones que da San José a las familias del mundo entero: son el descansar en el Señor en la oración, crecer con Jesús y Santa María y ser una voz profética en la sociedad.
“Cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema” (…) Al igual que San José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y actuar”
“A San José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante”
El Papa Francisco también decía en aquella oportunidad: “Del mismo modo que el don de la Sagrada Familia fue confiado a San José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. Lo mismo que con San José. A San José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante. A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan el plan de Dios para llevarlo adelante. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret”.
“José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y María (…) En la familia hay que levantarse y actuar. La fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él. Es muy importante.
Francisco decía asimismo que “José escuchó al ángel del Señor y respondió a la llamada de Dios para cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición, no sólo para la Sagrada Familia, sino para toda la humanidad. Con María, José sirvió de modelo para el niño Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia”.
El Santo Padre habló en diversas oportunidades de San José. Así lo hizo, por ejemplo, el 18 de diciembre de 2018, en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. En esa oportunidad, el Papa se refirió a San José como “el hombre de los sueños, con los pies en la tierra”. Y a partir de ambas expresiones habló de las características de este gran Santo.
“San José: un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”
Francisco comenzó su homilía recordando que gracias a las Sagradas Escrituras lo conocemos como “un hombre justo, respetuoso de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. Quien, además, en un primer momento, ante lo incomprensible, “prefiere hacerse a un lado”. Pero después “Dios le revela su misión”. Y así José la acepta, abraza su papel y acompaña el crecimiento del Hijo de Dios “en silencio, sin juzgar y sin hablar de más, en una palabra sin chismorrear”.
En su homilía, comentando el Evangelio del día, que habla de San José, hombre justo, es decir, hombre fiel, capaz de entrar en el misterio de Dios, el Pontífice recordó la importancia de la oración de adoración.
“El Evangelio (Mt 1:16.18-21.24) nos dice que José era “justo”, es decir, un hombre de fe, que vivía la fe. Un hombre que puede ser enumerado en la lista de todas esas personas de fe que hemos recordado hoy en el oficio de las lecturas (cf. Carta a los Hebreos, cap. 11); esas personas que vivieron la fe como fundamento de lo que se espera, como garantía de lo que no se ve, y como prueba de lo que no se ve”, nos dijo este 19 de marzo el Papa y para seguir celebrando su legado les dejamos la oración en su nombre:
Oración a San José
Bienaventurado San José,
acudimos en nuestra tribulación;
y, después de invocar
el auxilio de vuestra Santísima Esposa,
solicitamos también
confiadamente vuestro patrocinio.
Por aquella caridad que
con la Inmaculada Virgen María,
Madre de Dios, os tuvo unido,
y por el paterno amor
con que abrazasteis al Niño Jesús,
humildemente os suplicamos
volváis benigno los ojos
a la herencia que
con su Sangre adquirió Jesucristo,
y con vuestro poder
y auxilio socorráis nuestras necesidades.
Proteged, oh providentísimo
Custodio de la Sagrada Familia,
la escogida descendencia de Jesucristo;
apartad de nosotros
toda mancha de error y corrupción;
asistidnos propicio, desde el Cielo,
fortísimo libertador nuestro
en esta lucha
con el poder de las tinieblas;
y, como en otro tiempo
librásteis al Niño Jesús
del inminente peligro de su vida,
así, ahora, defended
la Iglesia Santa de Dios
de las asechanzas de sus enemigos
y de toda adversidad,
y a cada uno de nosotros
protegednos con perpetuo patrocinio,
para que, a ejemplo vuestro
y sostenidos por vuestro auxilio,
podamos santamente vivir
y piadosamente morir
y alcanzar en el Cielo
la eterna felicidad. Amén
Agradecimientos a la Provincia Jesuita de Argentina y Uruguay por la foto.
Fuente: Vatican News