Como el buen samaritano

Por Ingrid Riederer G. Artículo publicado en revista Jesuitas Chile n. 51
“Debemos valorar la fe que Francisco ha depositado en nosotros” | Belén Beltrán, coordinadora Red Juvenil Ignaciana Biobío, 29 años
Este documento viene a darnos luces de esperanza en la construcción de un mundo más al modo de Jesús. El Papa es directo al señalar los desafíos y los problemas, y nos interpela a ver el amor de Dios en cada obra. Debemos valorar la forma sencilla de escribir de Francisco, su perseverancia y fe depositada en nosotros, ya que nos vuelve a mirar esperando que podamos ser portadores de esta buena nueva llena de esa verdad que duele, pero moviliza. Hoy, el sentido social tristemente se lo ha llevado en gran medida la vida moderna capitalista, centrada en el exitismo como meta a corto, mediano y largo plazo. Lo bueno es que aún hay muchas y muchos perseverantes en distintas fronteras que ven valor en sus comunidades y que buscan fortalecer el buen vivir desde el respeto, la caridad y el amor, como lo señala el Papa: “Los héroes del futuro serán los que sepan romper esa lógica enfermiza (poder y beneficios) y decidan sostener con respeto una palabra cargada de verdad, más allá de las conveniencias personales. Dios quiera que esos héroes se estén gestando silenciosamente en el corazón de nuestra sociedad” (FT 202).
 “Avanzamos hacia la profundización de nuestra democracia” | José María Jarry, colaborador Tiempo Magis, 29 años
En tiempos difíciles para la humanidad voces como las del Papa en esta Encíclica son importantes para recomponer el tejido social que se ha roto por sistemas económicos desiguales y políticas que construyen muros. Lo que ocurrió desde el 18 de octubre de 2019 y los resultados del plebiscito por una nueva Constitución son claves para leer Fratelli tutti desde una óptica chilena, que nos recuerda que la tarea de construir un país mejor es siempre desde la amistad y la paz, que siempre es fruto de la justicia. Implica ver a la otra y el otro como hermano y, como dice uno de los principios ignacianos, “salvar la proposición del prójimo”. Si hoy estamos a punto de comenzar un proceso de convención constitucional es necesario que se escuchen todas las voces desde todas las realidades. Salir de nosotras/os mismos hoy es ayudar en la olla común del barrio, es preguntarle a mi vecino que vive solo si necesita algo, es tender puentes de ayuda y entendimiento que despierten la conciencia de que la salida del túnel siempre es en común.
 “Leer Fratelli tutti con la mente y el corazón abiertos” | Mariana Balcaza, colaboradora de Tiempo Magis desde Santa Fe, Argentina, 24 años
Leyendo esta Carta Encíclica vuelvo a plantearme conceptos como la mirada desde el amor, la empatía, la justicia, el reencuentro con uno mismo y con el otro. Desde nuestra Latinoamérica necesitamos despertar y no conformarnos con lo que hay, ni desconocer que todavía muchos hermanos sufren injusticias. Son incontables las reflexiones, pero me quedo con dos: primero, la importancia de darnos cuenta realmente de la realidad en la que vivimos, y segundo, preguntarnos qué y cómo hacer desde nuestro lugar de jóvenes para mejorar o ayudar, al menos, a humanizarnos. La Encíclica nos interpela a dejar de lado toda diferencia y volver a acercarnos a cualquiera. “Entonces, ya no digo que tengo ‘prójimos’ a quienes debo ayudar, sino que me siento llamado a volverme yo un prójimo de los otros” (FT 81).
 “El Papa nos invita a amar” | Jaime Teuquil, novicio jesuita, 30 años
 Fratelli tutti nos da pistas para discernir el amor en nuestra sociedad. El Papa Francisco ha contemplado lúcidamente las diferentes carencias de amor presentes hoy y nos muestra cómo el hecho de abrirnos al amor traerá como fruto la posibilidad de ampliar los horizontes para vivir relaciones de encuentro con nosotros mismos y con los demás. En la vivencia del amor se produce un dinamismo que engendra vida: somos capaces de amar porque antes hemos sido amados. Creo que lo que funda la experiencia de un amor por los demás, tiene su origen en el amor previamente recibido. Es una dinámica virtuosa que es importante no olvidar ya que sostiene en sí la promoción de la fraternidad y la amistad social a la que estamos siendo invitados. De esta manera, salir de nosotros mismos es una experiencia de amor, porque se le reconoce como tal cuando se sale de sí y posibilita el encuentro.

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