El sábado 6 de abril fue el día elegido por la comunidad jesuita para escuchar los Votos del Bienio por parte de Max Echeverría nSJ, que con una emotiva ceremonia terminó su etapa como novicio y comenzó su nueva aventura formativa como “Escolar Aprobado”.
La eucaristía se desarrolló en la tumba de San Alberto Hurtado y a ella acudió su familia, así como las comunidades donde ha desarrollado su fe, en las ciudades de Nacimiento, Osorno y Córdoba en Argentina.
Para el Padre Provincial de la Compañía, Cristián del Campo SJ, este paso en su formación será de vital importancia, además de destacar su “genuina jovialidad” con la que enfrenta día a día su trabajo: “Es una alegría muy grande porque el fin del noviciado son los dos primeros años de nuestra formación, un tiempo fundamental de nuestra vida como jesuita, ahí se ponen las bases. Él tiene una vida muy intensa espiritual, apostólica y comunitaria para confirmar el llamado que había sentido. Max lo confirmó, hace sus votos y se entrega perpetuamente a la Compañía para seguir su formación”
Echeverría, por su parte, manifestó su alegría por compartir con la comunidad jesuita este nuevo desafío: “Estoy muy emocionado poruqe vino gente de la comunidad de Nacimiento y eso fue una gran sorpresa. También de otras comunidades donde he estado apostólicamente, agradezco la gracia de poder vivir en comunidad, con los jesuitas siendo ahora parte del cuerpo, con la comunidad de la familia también. Es un espacio muy lindo para agradecer la vocación. Vas creciendo y tu vida va cobrando más sentido en la relación con el otro, vas conociendo a Jesús a través de ellos, especialmente con los más pobres, los más sencillos.
“Estoy muy feliz. Invito a los jóvenes a tomar riesgos. La espiritualidad ignaciana la siento así, querer encontrar a ese Dios que está bullendo en muchas partes y atreverse al riesgo, a meter la pata, a conocerse, con el deseo de en ese riesgo encontrar mucha vida”
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