Un evento trascendental para la Compañía de Jesús se vivió en mayo en la emblemática Loyola, España. Más de cien jesuitas provenientes de todos los continentes se congregaron en este lugar sagrado, donde nació San Ignacio, para participar en este encuentro único. José Francisco Yuraszeck sj nos cuenta cómo fue la experiencia.
Por Javier Ríos / Imágenes: jesuitas.lat
Artículo publicado en revista Jesuitas Chile n.56
Uno de los momentos clave de la Congregación de Procuradores en Loyola fue la presentación del De Statu Societatis, a cargo del Padre General, Arturo Sosa. En este documento, se reflexionó sobre las Preferencias Apostólicas Universales y cómo están configurando la vida y la misión de la Compañía.
Así se refería a la cita el Prepósito General jesuita: “La Congregación de Procuradores es una oportunidad única para escuchar al Espíritu. Vivimos en un periodo de enormes cambios, y las Preferencias Apostólicas Universales nos han lanzado a una aventura de descubrimiento.
Nuestra Casa Común está amenazada como nunca antes; la pobreza va en aumento y las personas se sienten cada vez más alienadas y marginadas; los hombres y las mujeres tienen hambre del Espíritu vivificante; los jóvenes anhelan un futuro lleno de esperanza. El encuentro aquí en Loyola será una oportunidad para reflexionar sobre cómo va esta aventura y ayudarnos a profundizarla”. “Tenemos que preguntarnos, una y otra vez, adónde nos lleva el Espíritu y qué quiere la Trinidad que hagamos. Solo a través de la oración y de un profundo compartir juntos, a veces al pie de la Cruz, podemos encontrar la respuesta a esta pregunta. La experiencia de Venecia fue un momento clave para los primeros compañeros y también para nosotros.
Cuando redescubrimos ese espíritu de Venecia —que es también el espíritu de la Congregación General 36— encontramos nuestro camino. El discernimiento en común debe tomarse en serio. Puede transformarnos”, agregó el P. Sosa.
El padre José Francisco Yuraszeck sj fue el representante de Chile, y nos cuenta a su regreso que la cita mundial fue una experiencia espiritual muy profunda, de conversación espiritual y de recibir el estado de la Compañía de Jesús en todos los continentes.
EL ESPÍRITU SANTO “QUE NOS VA MOVIENDO”
La actitud de los representantes fue la de intentar escuchar el Espíritu Santo “que nos va moviendo”. De esta forma, el documento borrador, que terminó siendo elaborado con el aporte de la Congregación de Procuradores, lo dará a conocer Padre General en el día de San Ignacio, como una manera de hacer participar a toda la Compañía de Jesús y sus colaboradores y obras. “Fue muy bueno retomar entre todos las Preferencias Apostólicas Universales, y en particular la primera, esto de recuperar nuestra profundidad espiritual, los procedimientos de Jesús, y lo de mostrar el camino hacia Dios con el camino de los Ejercicios Espirituales. Entrega un paraguas que da pie a las otras tres Preferencias: caminar con los jóvenes, estar cerca de los excluidos y también lo del cuidado de la Casa Común. Hubo un sentimiento general como de deuda respecto de las Preferencias, porque se promulgaron y luego vino la pandemia (…) Ahora que estamos en la post pandemia, viene el tiempo de volver sobre esa inspiración y, sobre todo, también, sobre lo que significa ser enviados en misión”, señaló el encargado chileno.
RENOVACIÓN DE LA VIDA DE LA IGLESIA Y DE LA COMPAÑÍA
Los primeros días de mayo los participantes de la Congregación de Procuradores comenzaron un retiro espiritual de ocho días, dirigido por los Consejeros Generales, los padres Víctor Assouad, Claudio Paul y Mark Ravizza. Durante el retiro, se presentaron los puntos clave en francés, español e inglés, con el fin de garantizar la comprensión y participación de todos los asistentes. Posteriormente, vivieron la parte canónica de la Congregación, la cual coincidió con el 21 de mayo, día de la Ascensión, realizándose una misa de clausura que se celebró en la basílica de Loyola.
Para el P. Yuraszeck, la Congregación de Procuradores se enmarcó en un proceso amplio de renovación de la vida de la Iglesia y de la Compañía de Jesús: “Esto comenzó con el Concilio Vaticano II y todavía no termina de implementarse, entonces esa conciencia de un cambio grande de época en el que estamos participando, creo que también ha sido interesante de destacar y nos ayuda, por lo menos a mí, a mirar no solo el momento presente, sino que las décadas que han pasado desde el Vaticano II —que ya se cumplirán 60 años— y las que vienen, y las transformaciones en la Iglesia serán de largo aliento. Tenemos que entender que eso motiva a la esperanza, aunque aún no veamos el total fruto de lo que ha acontecido”.
AMPLIO PROCESO DE DISCERNIMIENTO
Es importante destacar que la Congregación de Procuradores no es un acontecimiento aislado, sino que surge después de un amplio proceso de discernimiento a nivel local a través de las Congregaciones Provinciales. Además, cada Procurador, tras su elección, ha recorrido su Provincia, escuchando y discerniendo con comunidades y personas. Estas visitas culminaron en un informe escrito que fue presentado al Padre General, y cada Procurador tuvo la oportunidad de discutir personalmente su informe en reuniones privadas con él durante la cita en Loyola. Este proceso ha generado una gran cantidad de información sobre cómo se está moviendo la Compañía y cómo está respondiendo a las nuevas llamadas. Una vez concluida la Congregación, el Padre General invitó a toda la Compañía a reflexionar sobre el De Statu Societatis y a discernir cómo profundizar en el camino a seguir en la vida y la misión de la Compañía. JCh