En Chile, esta semana se abre este año con la Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile. Por eso, no escucharemos en la mesa de la Palabra el anuncio de Isaías (55,10-11) sobre la fecundidad de la Palabra de Dios, que no vuelve a Él sin haber producido abundante fruto, ni escucharemos en el evangelio de Mateo (13,1-23) la parábola del Sembrador, que derrocha semilla sobre distintos tipos de terreno. Sin embargo, vale la pena recordar esos textos, al disponernos a escuchar, durante la semana el final del ‘discurso apostólico’ en el que Jesús encarga esa palabra a sus discípulos y les anuncia su compañía constante. Y no estará de más echar una mirada al esperanzado texto de Pablo a los Romanos (8,18-23), que nos anima a esperar la gloria futura, que compartiremos con toda la creación.
Pero nuestra Madre está también con nosotros, advirtiéndonos: “Hagan todo lo que Él les diga”. Como junto a los discípulos en Pentecostés, intercede por nosotros, para que nos hagamos dóciles a la acción del Espíritu y llevemos la alegría del Evangelio a nuestros conciudadanos y conciudadanas. Es, por eso, un momento para orar, especialmente para que sepamos no sólo optar por los programas y las personas que nos parecerán más aptos para guiar y orientar la vida de nuestro país, sino para que sepamos escucharnos mutuamente y buscar de manera respetuosa el bien común. Si aprendemos a respetarnos más, tal vez recuperaremos algo de la confianza que hemos perdido hacia las personas y las instituciones. Así podremos anunciar, con la vida, esa gloria futura que esperamos.
La mesa de la Palabra en el leccionario ferial nos ayuda a recordar lo que hemos escuchado de la boca de Jesús en domingos anteriores: Hemos de perder la vida para encontrarla en Él; para ello, debemos ser sencillos y humildes, y poner en el mismo Jesús lo que nos agobia. Mientras tanto, en el Antiguo Testamento acompañamos al pueblo de Israel en Egipto, mientras Dios llama a Moisés y Aarón para que encabecen la gesta liberadora del Pueblo elegido.
El santoral nos recuerda a algunos testigos de la fe, en los últimos días de la semana. El jueves 20, se puede recordar al mártir san Apolinar, primer obispo de Ravena (s. II) quien, según algunas tradiciones, habría sido ordenado por san Pedro. Además de los méritos del santo, no cabe duda de que se pueden agradecer los maravillosos mosaicos que ornamentan las basílicas edificadas en su honor en la ciudad que fuera su sedes. El viernes 21 se recuerda al doctor capuchino san Lorenzo de Brindisi (1559-1619), celoso predicador, que llegó a ser superior general de su Orden, y el 22 a santa María Magdalena, primera mensajera de la resurrección del Señor. Ellos ya comparten la gloria que esperamos habrá de manifestarse en nosotros.
Cuarta jornada de obras sociales
En la casa de retiro de Padre Hurtado se realizó esta instancia para directivos y capellanes que lideran las distintas obras sociales vinculadas a la Compañía de Jesús en Chile.