Generalmente los cuidadores dependen de otros parientes para obtener un salario, mientras se dedican a atender.
El profesional participó de un taller organizado por la Escuela de Enfermería de la Universidad de Concepción para el Programa de Apoyo Familiar Domiciliario del Hogar de Cristo en la ciudad de Curanilahue, al que asistieron 17 cuidadores, los que “se mostraron muy contentos y agradecidos por la oportunidad de adquirir herramientas para cuidar mejor a su familiares, así como de medidas de autocuidado básicas para prevenir su propio desgaste y sobrecarga”, señaló Muriel Escalona, jefa de la unidad en Curanilahue, en la región de Arauco.
Fernando Valencia recalca que lo principal de la jornada fue el intercambio de conocimientos entre los cuidadores, así como el ayudarles a resolver dudas sobre el cuidado de un pariente con discapacidad, un adulto mayor o personas con distintos grados de movilidad y dependencia. “Ser cuidador es una experiencia dolorosa, solitaria. Muchos de ellos dejan de lado sus propios intereses para abocarse al cuidado de su familiar, renunciando a un ingreso y a la realización personal, por lo que el apoyo de una fundación como Hogar de Cristo para capacitarse y entender mejor los procesos es transcendental”, comentó e hizo notar que, en general, suelen ser las mujeres las más dedicadas al cuidado: dueñas de casa, con escolaridad incompleta y sin un trabajo remunerado.
Fuente: Comunicaciones Hogar de Cristo
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