Afecto y confianza: así fue la despedida a Adolfo Nicolás, que se ha caracterizado por un estilo cordial y espontáneo.
Durante la sesión de la mañana del lunes 3 de octubre, la Congregación General aceptó la renuncia del P. Nicolás como General de la Compañía. En ese momento, el padre Federico Lombardi, uno de los cuatro asistentes ad providentiam, pronunció un sentido discurso en nombre de toda la congregación en honor al Superior General saliente. Los asistentes ad providentiam, elegidos también por la Congregación General, son los colaboradores más cercanos al General. El P. Lombardi ha acompañado a P. Nicolás a lo largo de sus años como la cabeza de la Compañía de Jesús. Así, el discurso de Lombardi le agradecía no sólo en nombre de sus colaboradores, sino también en nombre de toda la Compañía de Jesús: P. Adolfo Nicolás, ¡¡gracias!!
El Padre Lombardi agradeció al que ha sido su superior por el estilo cordial y espontáneo que le ha caracterizado a lo largo de estos años como General. Esto, dice Lombardi, ha favorecido la sencillez en las relaciones con todos sus compañeros jesuitas, aderezadas por un gran sentido del humor y una genuina sonrisa. Esto, y mucho más, está detrás del gran afecto y la confianza que todos los jesuitas tienen hacia el P. Nicolás. Como General, continúa Lombardi, ha inspirado el compromiso religioso de los jesuitas y ha insistido constantemente en la perspectiva universal de la misión jesuita, siempre mirando más allá de las fronteras de las provincias o países. Otra característica del discurso del Padre Nicolás ha sido el énfasis dado a la profundidad necesaria en todo jesuita.
En palabras del padre Lombardi, el General saliente ha dado ejemplo de sabiduría serena marcada por la imaginación y el color que le ha aportado su experiencia de años en Asia. Así, el P. Nicolás nos ha llevado como Curia General a servir mejor al a sociedad de forma creativa, dando a cada uno la oportunidad de ser parte de un equipo y vivir la corresponsabilidad. Del mismo modo, en estos años el General ha alentado una cultura de transparencia en el ejercicio de gobierno, respondiendo a las exigencias de los retos que se han ido presentando. Siempre ha apoyado a sus compañeros con cartas e intervenciones marcadas por un verdadero sentido de la escucha.
También hubo mención a la participación del Padre Nicolás en el Sínodo sobre la familia y cómo, en general, el P. Adolfo ha sido capaz de garantizar unas relaciones constructivas con las Congregaciones romanas y muchos otros organismos eclesiales. Lombardi terminó señalando también que el Padre Nicolás fue el primer General que ha ejercido su función durante el pontificado de un Papa jesuita. Es, sin duda, una situación histórica sin precedentes en la que la Compañía todavía puede profundizar en su comprensión al servicio del Santo Padre.
Al terminar, una gran ovación cerró las palabras de Lombardi, como si los jesuitas, en su totalidad, estuvieran dando gracias al Padre Adolfo Nicolás por el servicio otorgado a la Compañía: “Gracias y buen camino. Que el Señor siga acompañándole siempre. También le acompañará nuestra oración.”
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