Hace su Profesión Solemne para ser incorporado definitivamente a la Compañía de Jesús.
En una eucaristía celebrada en la parroquia El Carmen de Arica el pasado domingo 29 de mayo, el padre Marcelo Oñederra SJ, pronunció sus últimos votos.
En el inicio de una nueva etapa dentro de la compañía de Jesús, Marcelo estuvo acompañado por el Provincial de la Compañía de Jesús, P. Gabriel Roblero SJ, compañeros jesuitas, la comunidad de la parroquia El Carmen en la ciudad de Arica, donde se vive fuertemente la fe a través de la Piedad Popular, principalmente los Bailes Religiosos, y muchos amigos y amigas de Arica.
“Con el pasar del tiempo me he preguntado si estoy en una casa, comunidad o una escuela de expertos, y como dije en la prédica del día domingo, cuando hice la profesión solemne, creo que no entro a una casa de expertos, a un lugar de sabios, sino que me siento reconocido por mis compañeros y amigos que reconocen mi camino y yo reconozco el de ellos, y yo quiero caminar en conjunto con todos. Y somos buscadores, peregrinos que buscamos seguir a Dios, y en eso quiero estar, en una comunidad de peregrinos que busca a Dios y nos acompañamos y fortalecemos, y cuando nos caemos nos levantamos, y cuando erramos somos capaces de pedir perdón y reconstruirnos de nuevo”, expresa Marcelo desde el norte.
Los Últimos Votos
Los votos se entienden como parte del proceso de incorporación a la Compañía. Los primeros votos los pide el jesuita como parte de su voluntad de formarse como tal. Se llaman “votos del bienio”, aludiendo a los dos años de noviciado, pues se realizan una vez finalizado éste, y son, desde ya, perpetuos. Sin embargo, cuando un jesuita termina toda su formación, pronuncia sus votos definitivos de pobreza, obediencia y castidad, esta vez siendo recibido por la misma Compañía, ya como un jesuita formado.
En la Compañía de Jesús, es característico que en la profesión de los últimos votos se añada un cuarto voto de obediencia al Papa, el cual se conoce como “voto de especial obediencia al Romano Pontífice acerca de las misiones”. Éste es considerado como una nota característica de la vocación jesuita de hacerse disponibles para ir a lugares y situaciones donde Iglesia lo necesite.
Créditos fotos: Federico Iglesias