Desde el comienzo los miembros de la Compañía de Jesús se agrupaban operativamente en “Provincias”, que venían definidas por los límites geográficos de los países en los que trabajaban.
Sin embargo, durante los últimos quince años, bajo el generalato del P. Adolfo Nicolás, y después con el del P. Arturo Sosa, estas fronteras de origen nacional o regional se han derrumbado al crearse nuevas Provincias jesuíticas que, a veces resultan ser multiculturales e incluso multilingües.
Estos cambios, como cualquier cambio en el curso de la vida humana, han generado tensiones. Los jesuitas de regiones o países vecinos que normalmente solían tener escasas relaciones recíprocas, se veían ahora obligados a dialogar, a colaborar y a pensar en su futuro juntos.
Entre los proyectos de creación de nuevas Provincias que se pondrán en marcha próximamente se encuentra el de la Provincia de Europa Central, que agrupará las actuales de Alemania, Austria, Suiza y Lituania.
Muy a menudo, la razón fundamental para proceder a agrupar estas Provincias, que en muchos casos tenían una larga tradición de autonomía “nacional”, es la de la del bajo número de jesuitas que hay ya en ellas en estos momentos. Los jesuitas suizos, pertenecientes a una de las Provincias implicadas en este proceso, plantearon el tema directamente al Padre General durante su visita del pasado mes de septiembre a su país.
Pero la respuesta del padre Sosa ofrece una perspectiva mucho más amplia y fundamental que las de naturaleza matemática o geográfica. El General recordó el carácter esencialmente universal de la Compañía de Jesús desde su fundación y de una reestructuración de la Compañía de Jesús marcada por su flexibilidad, que está determinada por la misión y un proceso de discernimiento en el marco de la planificación apostólica general.
Fuente: CPAL