El lunes 2 de mayo Tony Mifsud SJ partió al encuentro con el Señor a los 72 años. La Eucaristía de funeral tuvo lugar en la Iglesia San Ignacio el martes 3 de mayo, y contó con la participación de numerosos amigos, sus compañeros jesuitas, religiosas y sacerdotes de otras congregaciones religiosas.
En su homilía el provincial de la Compañía de Jesús en Chile, Gabriel Roblero SJ, destacó su gran capacidad de reconocer sus limitaciones y, sin embargo, seguir adelante con seriedad y entusiasmo, confiando en Dios. También valoró que era un muy buen amigo de sus amigos.
El provincial compartió también cómo Tony llega a Chile en 1974: “Fue durante su tiempo de formación en la etapa de magisterio que comenzó Tony a pensar “en las misiones”. La misión oficial de la provincia Maltesa era Africa Oriental (más precisamente Uganda, donde ya había 4 malteses). Pero estaba un tanto congelada debido a la complicada situación política. Fue entonces cuando en una visita del P. Arrupe a la provincia a fines de diciembre 1973, le animó a “mirar hacia A.L.” Las cartas tomaban mucho tiempo en llegar de ambos lados, hasta que en septiembre del 74 recibió la respuesta positiva de Juan Ochagavia SJ… llegó a Chile el 24 de noviembre”.
“Inteligente y a la vez muy sencillo, Tony nunca les hacía el quite a las labores más humildes de la casa y del apostolado. Tenía una capacidad extraordinaria de trabajo y para el estudio como también la humildad necesaria para lanzarse a escribir. Fue Eddie Mercieca, según parece, quien lo animó a atreverse a sus primeros escritos sencillos. Tony tomó esto con su acostumbrado entusiasmo y seriedad, dos cualidades que logró mantener durante toda su vida”, agregó Gabriel Roblero.
“Tony fue un jesuita de mucha disponibilidad. Bondadoso. Aceptó misiones diversas a las que le metía el hombro con su acostumbrado entusiasmo y rigor. Las cosas las preparaba con inmenso cariño”. Gran escritor, el provincial indicó que “atento a lo que pasaba a su alrededor, no se quedó en estudiar la doctrina o quedarse en lo antiguo, sino que vivió desafiado por el presente para compartir su fe y la riqueza del Evangelio, animar y consolar a otros, y con necesidad de actualizarse en sus conocimientos, y más que leer y estudiar, conversar”, dejándose formar por los otros, y así acompañó la pastoral de la diversidad sexual, la PADIS.
Al finalizar, Gabriel Roblero confidenció que su último libro “homosexualidad una nueva comprensión desde el ethos cristiano”, que Tony terminara de escribir hace un mes, será publicado de manera póstuma: “será un regalo para nosotros, será un servicio para la Iglesia, que nace desde su amor y servicios a las personas, como jesuita”.