El investigador de la Universidad Alberto Hurtado plantea que sin duda “para reconstruir nuestra comunidad política debe ser entre todos y todas, un diálogo profundo y a largo plazo. No obstante, el diálogo para resolver la conflictividad y la violencia, solo será resultado de una nueva relación -e interlocución- con los actores socialmente más excluidos y también más comprometidos e involucrados con la movilización”.
Añade que el fin del conflicto no se superará si no se conversa con un nuevo actor, que es la columna vertebral de esta movilización, que ha nacido desde la desigualdad, desde la asamblea y las tomas y es experto en la política de la calle: “Parece ser anticapitalista y antipatriarcal, se resiste a los cánones de la izquierda marxista tradicional e incluso del Frente Amplio”.
“No continuemos despreciando, desde nuestro adultocentrismo y elitismo intelectual, a las nuevas juventudes como “inútiles subversivos”, ni caricaturizando sus demandas y sus nuevas maneras de hacer política. Han roto sus puentes con la política institucional, pero no con la política con mayúscula”, enfatiza Nicolás Rojas.