“Traten de entrar por la puerta estrecha”, nos dice Jesús en el evangelio de Lucas en este penúltimo domingo de nuestro Mes de la Solidaridad. El paralelo en Mateo nos dice que el camino también es estrecho, y agrega que el camino y la puerta a la perdición son anchos. En este mes que nos ha recordado: “una nación… es una misión que cumplir”, la invitación a la puerta y el camino estrechos, tras la pregunta acerca de si son pocos los que se salvan, parece advertirnos de la necesidad de ser solidarios también en la salvación. No se trata de estilizarnos individualmente para entrar por cualquier grieta, sino de estrecharnos con los otros, para que podamos pasar juntos por la puerta y el camino estrechos. Claro que eso –como todo lo de Jesús- es contracultural: queremos anchas avenidas para circular por la ciudad, y espacios cómodos para viajar y para vivir, así como queremos soluciones fáciles (ojalá a cargo de otros) para los problemas de la vida: es más fácil y cómodo repartir preservativos y facilitar el aborto, que educar la afectividad y enseñar a asumir los sacrificios inherentes al amor. Tomar el camino y la puerta estrecha significará apretarnos y preocuparnos no sólo de nuestra salvación sino también de quienes van junto a nosotros. Como lo anuncia Isaías, diciendo que el Señor reunirá a todas las naciones en Jerusalén, mientras la carta a los Hebreos nos mueve a reconocer como una corrección paternal los momentos de sufrimiento y oscuridad.
Durante la semana, los últimos capítulos del evangelio de san Mateo antes de la Pasión, nos hacen escuchar el llamado urgente y duro de Jesús a los fariseos para que se abran al encuentro personal con Dios y no se limiten a un estrecho legalismo. Un llamado también dirigido a nosotros, porque el fariseísmo es el peligro permanente de quien quiere estar preparado para el encuentro final con el Señor, y cree que eso sólo depende de sus propias obras. La segunda carta a los Tesalonicenses ayuda a estar preparados para el momento final, sin dejarse alarmar por falsas profecías. A partir del jueves, la primera carta a los Corintios comenzará a acompañarnos durante un tiempo, en el que podremos apreciar las luces y las sombras existentes en la vida de una comunidad cristiana.
El santoral, tras haber omitido la memoria del Papa san Pío X (+1914), por ocurrir en domingo, celebra el lunes 22 a la Ssma. Virgen María Reina, y madre de misericordia como decimos en la Salve. El miércoles 24 se recuerda a san Bartolomé (=Natanael), quien, según tradiciones, predicó el Evangelio en la India, Mesopotamia, Irán y, finalmente Armenia donde habría padecido el martirio por el año 71. El 25 se recuerda a san Luis, rey de Francia, quien guió las últimas dos Cruzadas para recuperar el Santo Sepulcro y murió cerca de Túnez (+1270). Ese mismo día se conmemora también a san José de Calazans, fundador e inspirador de los Escolapios y Escolapias (+1648). El 26 puede recordarse a Ceferino Namuncurá (+1905), beatificado en el año 2007. El 27 a santa Mónica (+387), madre de san Agustín (+ 430) al que se recuerda el día siguiente. Todos ellos y ellas eligieron la puerta y el camino estrechos.
Cuarta jornada de obras sociales
En la casa de retiro de Padre Hurtado se realizó esta instancia para directivos y capellanes que lideran las distintas obras sociales vinculadas a la Compañía de Jesús en Chile.