Vivir la espiritualidad en nuestras casas

Lectio divina
Una buena manera de rezar en casa es con la Biblia, tanto la que tienes en tu biblioteca, como virtual, a través de un método que se llama lectio divina, que es la lectura e interpretación de la Biblia, y que consta de 4 sencillos pasos.

  1. Lectura de la palabra, puede ser el evangelio del día o un texto que tú elijas. Vuelve a leer el texto a luz de las preguntas ¿qué dice el texto? ¿qué ocurre?
  2. Luego, trata de responder ¿qué me dice Dios con este texto en este momento de mi vida?
  3. En este tercer momento pensamos en ¿qué quiero decirle a Dios a partir de este texto?
  4. Por último, respondemos ¿a qué cambios me invita Dios luego de leer e interpretar este pasaje de la Biblia?

Misas a distancia
Distintas plataformas ofrecen también la posibilidad de seguir la misa vía streaming, o a través de la radio. El padre Juan Díaz, director del Centro de Espiritualidad Ignaciana, nos explica cómo disponer nuestro espíritu para celebrar la eucaristía a distancia: “Se sugiere preparar el momento para que en el transcurso de la misa no aparezcan distracciones. Hay que crear el ambiente propicio en la casa o en el lugar en que la voy a seguir. Se trata de hacer un silencio exterior e interior para que el rato sea fructífero. Es conveniente tener antes a la vista las lecturas que se van a hacer (disponibles en www.eucaristiadiaria.cl). No está de más decir que es recomendable apagar los celulares y los que participen no comenten durante ese rato otras cosas diferentes que nada tienen que ver con la misa. Puede ser una experiencia muy linda hacerlo con la familia reunida”.
http://localhost/j2021/misas-para-compartir-la-palabra-de-dios-en-epoca-de-cuarentena/
 
Comunión espiritual
En este caso, no se puede comulgar físicamente, pero se puede realizar lo que se denomina “comunión espiritual”, que como cuenta el padre Juan Díaz no es algo nuevo, ya que muchos santos y santas la han practicado y recomendado. Lo normal es que una persona que forma parte del pueblo fiel de Dios desee periódicamente participar en la celebración eucarística, para que en comunión con otras poder escuchar la Palabra de Dios, sacar de ella enseñanzas de vida y recibir además el alimento que fortalece en el cumplimiento del servicio a los demás. En la celebración de la misa la persona se acerca y recibe la hostia consagrada y en algunos casos bebe del cáliz. Con ello comulga el cuerpo y la sangre de Cristo. Sin embargo, no siempre se puede concurrir a una iglesia o capilla para celebrar la Eucaristía. Hay lugares remotos en donde rara vez llegan sacerdotes, hay personas enfermas o muy ancianas que no pueden trasladarse, hay personas que trabajan los domingos, y hay quienes están imposibilitados de muchas maneras para recibir la comunión. Hoy estamos asistiendo a la propagación de un virus que impide salir a la calle y que la gente se reúna en sitios cerrados.
El padre Juan Diaz SJ explica: “Para todas estas situaciones la comunión espiritual es un medio muy oportuno para alcanzar aquella unión con Dios que el cristiano desea conseguir para su vida. Así como muchas personas no pueden acercarse a su ser querido porque ya ha partido de este mundo o porque se encuentra muy lejos, hay momentos significativos en que tal ausencia se hace presencia pudiendo ofrecerle a la distancia un amoroso abrazo. En la comunión espiritual por medio de una oración íntima con Jesús el fiel expone un deseo hondo de recibirlo en la Eucaristía sin comulgar. Lo hace con la esperanza de que en un momento no lejano pueda acceder materialmente a recibir la hostia”.
“La comunión espiritual, que liga íntimamente con Jesús, produce a la larga un cambio interior que se reflejará en conductas exteriores dejando aparecer la mejor versión de uno mismo – contextualiza el padre Juan Diaz – Esta comunión espiritual puede repetirse varias veces al día, en cualquier parte en que uno se encuentre y a cualquier hora. Si la persona desea hacerla y encuentra que no está del toda limpia, que ha podido cometer algún pecado o falta, hace entonces un acto de contrición personal pidiendo el perdón. La comunión espiritual es muy conveniente cuando uno siente que el amor a Dios se le ha enfriado. Las palabras de la comunión espiritual podrían parecerse a estas: “Creo Jesús que estás presente en la hostia. Te amo y deseo recibirte en el alma, pero ahora no puedo. Ven espiritualmente a mi corazón”.
Acompañamiento espiritual
El Centro de Espiritualidad Ignaciana a través de su portal web www.ignaciano.cl, está entregado reflexiones motivacionales a quienes lo deseen. Además, ha puesto a disposición un centro de atención a quién requiera ayuda de sus colaboradores, ya sea para conversar, plantear dudas o si se sienten solos. Sólo comunícate con alguno de los teléfonos a continuación.

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