La formación de los jesuitas

La formación jesuita es un proceso progresivo que busca integrar la vida espiritual y comunitaria, el apostolado y los estudios. Consta de varias etapas, que se inician con el Noviciado, que busca profundizar el contacto con Dios, mediante la oración, la reflexión, la meditación y el discernimiento; todo esto  culmina con la pronunciación de los votos de consagración religiosa.

Tras el Noviciado viene un período de estudio de Filosofía y otras ramas de las humanidades.  Luego viene el Magisterio, que es una etapa de formación práctica en la que el jesuita colabora a tiempo completo en alguna de las obras de la Compañía. Finalmente, el Teologado es la etapa en la que los jesuitas se interiorizan en los fundamentos de la fe católica y se preparan para el sacerdocio.

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Entre quince y veinte años después de haber ingresado en la Compañía, todos los jesuitas hacen la Tercera Probación, que es una instancia similar a la del Noviciado. Al finalizar esta etapa, si el jesuita se ha considerado apto para pertenecer a la Compañía, ésta lo invitará a hacer sus últimos votos, tras lo cual, se encontrará listo para ser enviado a trabajar donde la Compañía juzgue que podrá ser de mayor servicio a Dios y al prójimo.

Además de sacerdotes , la Compañía de Jesús también recibe entre sus filas a hermanos jesuitas. Este  responde a un llamado especial de Dios y, a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia,  se integra a la Compañía. La formación del hermano va de la mano con la de todo jesuita, pero no recibe la ordenación sacerdotal, pues su fin no es ejercer las funciones sagradas de la liturgia o administrar los sacramentos, sino a dar un testimonio radical de entrega a los demás a través de su vida.

Más información en el sitio web Vocaciones Jesuitas Chile.