Pausa Ignaciana: “Derribó a los poderosos de su trono y ensalzó a los humildes”
Esta semana la Hermana María José Encina nos plantea en esta columna que la fe nos impulsa a correr la misma suerte que los perseguidos, que los pobres. ¡La bienaventuranza para ellos es en presente! Necesitamos cuestionarnos y preguntarnos… ver si tenemos realmente oídos y ojos…y, por sobre todo, un corazón, abierto y atento al clamor de Dios, que es el grito desamparado de tantos pobres de esta tierra.