¿De qué se trata el período de Cuaresma?

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Seguramente habrás escuchado de los cuarenta días previos a la Semana Santa, esos en los que Jesús atraviesa el desierto, marcando un periodo de penitencia que emplea para purificarse tanto corporal como espiritualmente. Esa travesía la llamamos Cuaresma.
Sin embargo, con el paso del tiempo se nos hace cada vez más importante tratar de buscar en ese inspirador relato un verdadero significado que nos ayude a encontrar claridades en la oscuridad y nuevos ropajes en tiempos de cansancio y complicaciones.
Para entender qué hace o qué debería buscar un católico en Cuaresma recibimos la ayuda del Centro de Espiritualidad Ignaciana de la Compañía de Jesús (CEI), que con un trabajo diario busca propiciar, fortalecer y acompañar una experiencia con el Dios de Jesucristo que ayude a las personas a descubrirse a sí mismas, orientando su vida hacia el servicio a los demás.
Selia Paludo, subdirectora del Centro, nos explica que estos cuarenta días pueden significar un momento de introspección para darnos cuenta de cómo estamos enfrentando la vida: “Estamos en un tiempo litúrgico muy beneficioso para cada creyente, un tiempo de reencuentro con nuestros deseos más profundos, tiempo de poner en la canasta los frutos buenos y no buenos para presentar a Dios; y disponernos a sanar lo no bueno y cultivar lo bueno. Es un tiempo en el que cada uno es invitado por la liturgia semanal a tomar consciencia de sus actos, elecciones y hacerse responsable de las propias acciones, pero, podríamos decir que esto debiéramos hacerlo siempre ¡es verdad! Sin embargo este tiempo, nos invita a tener puesta la mirada sobre nuestra forma de ser, sobre nuestra actitudes, nuestra forma  de relacionarnos con el otro, con el entorno, con la creación  con Dios, y ser capaces de ordenar la casa interna de nuestro ser persona, de Hijos de Dios para seguir creciendo en la semejanza con Él”, comenta.

Y aborda el tema del ayuno ¿Qué debe significar esta abstinencia para nosotros?
“Cuando hablamos de ayuno hablamos de una experiencia interna, de ordenar nuestros afectos, nuestras palabras, de salvar la proposición de las personas que nos rodean en la familia, en el trabajo, en los grupos sociales, y ser capaces de humanizar por medio de la acogida, la escucha, la solidaridad y la justicia.  De abstenernos del uso de medios de comunicaciones, de redes sociales, buscando fortalecer las relaciones interpersonales. Hacer un cambio de actitud para mejor”, es su respuesta, abordando las nuevas tendencias de vida, tanto de adultos como jóvenes”.

“Creo que el ayuno hoy debe reflejarse en nuestra forma de ser, más que en lo que comemos, no es lo que entra en el hombre que lo hace mal, sino lo que sale de él. (ref. Mt 15,18-19). Es urgente que aprendamos como católicos a ponernos en el lugar del otro, y no hacer lo que no deseo que me hagan. Esto es construir una sociedad más humanizada. Es un tiempo propicio para volver a nuestros deseos, releer nuestra vida sobe la mirada amorosa y redentora de Cristo, buscando lo que realmente tiene sentido de transcendencia y que eleva a la persona en su calidad de humano e hijo de Dios”, Selia Paludo del Centro de Espiritualidad Ignaciana de la Compañía de Jesús (CEI).

Para el Padre Juan Díaz SJ, Director del CEI, el periodo de Cuaresma se explica como una experiencia espiritual que nos puede ayudar a calmar la ansiedad a la que nos lleva la vorágine en la que vivimos diariamente: “Cuaresma es un tiempo para prepararnos a la celebración de la Resurrección de Jesucristo. Son semanas para reconocer nuestra fragilidad humana y la necesidad que tenemos de abandonarnos al amor de Dios. Podríamos afirmar que con la Cuaresma entramos en un periodo de revisión y mantenimiento, como se suele hacer con los autos, con la maquinaria industrial y con los equipos domésticos, como las estufas para el invierno y otros utensilios que nos hacen más amable la vida. Si no hacemos revisión y mantenimiento de los equipos, el daño puede llegar a ser muy grande y los gastos de reparación se multiplicarán. Cuaresma es, pues, un tiempo de reflexión. Es un modo de entrar en revisión y mantenimiento personal para ver lo que tenemos que cambiar para llegar a ser mejores personas”, reflexiona.
¿Cuáles son las tentaciones que nos afligen en estos tiempos? ¿Qué podemos hacer para seguir el ejemplo de Jesús?
Una tentación con la que uno tiene que lidiar consiste en corromperse excediéndonos a nosotros mismos: excesos en nuestra manera de relacionarnos con los bienes y riquezas naturales o espirituales, excesos en la relación con el cuerpo, excesos en el poder que genera siempre un verdadero servicio. Una pregunta para hacerse en Cuaresma: ¿En qué me estoy excediendo? La tentación se enfrenta ayunando y orando. Esto significa profundizar la carencia, permitiendo que la Palabra de Dios pueda tomar cuerpo en uno mismo para seguir el camino del Hijo en la humildad enfrentando el combate interior al que se está expuesto. La oración y el ayuno no nos protegen de la perversión, pero moldean la vigilancia espiritual en nosotros para no excedernos y estar mejor preparados para servir a los demás.

Del latín quadragesima, se conoce como Cuaresma al periodo litúrgico de preparación de la Pascua de Resurrección. La Cuaresma, que se inicia con el miércoles de Ceniza y finaliza el Jueves Santo, es un tiempo de penitencia para los fieles de la Iglesia Católica Romana y de ciertas iglesias evangélicas.

*Si quieres unirte a las actividades y programas de formación visita la página web del CEI en este link.
**Súmate a la campaña de Cuaresma de Fraternidad en este link.
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