El mundo visto desde Goundi

goundi-labrinLa percepción del mundo ha cambiado de manera significativa en estos últimos años. A comienzos de esta década las personas de Goundi se enteraban de lo ocurrido por la radio: emisiones de radio Chad -en árabe y en sara- dos veces al día comunicaban los recados y noticias que importaban. Interminables listas de personas fallecidas, enfermas, y de viajes anunciados, mantenían a las familias en absoluta concentración. Sin duda, la noticia más importante era la que comunicaba la muerte de un pariente. Las emisiones de radio Francia Internacional, BBC, Deutschewelle, Rusia Internacional, en francés, no interesaban más que a una reducida fracción de nuestra población: los profesores del liceo, algunos enfermeros y los médicos. El acontecer del mundo carecía de sentido para la mayoría. Si a la dificultad de escuchar comprensivamente una lengua extranjera se añadían menciones de lugares, de personas, hechos o acontecimientos que no son parte del mundo conocido, el resultado era bastante indigesto.
goundi-03La radio francesa creó hace unos años un segundo noticiario. Lo llamaron “En francés fácil”. Los periodistas tomaban las noticias más importantes y explicaban cada palabra. Yo creo que fue un avance significativo en la apertura al mundo. Así, una frase de tipo “la dupla americano-europea interviene en la guerra de Siria”, se presentaba como: “una dupla significa dos partes; de un lado, los Estados Unidos, y, de otra, los países de la Unión Europea. Los dos, coordinadamente, o sea, de acuerdo en todo, intervienen en la guerra de Siria, país de cultura árabe que desde hace cinco años está en guerra civil…”.
De todas maneras el alcance de este tipo de programas es limitado. La gran mayoría de campesinos no habla francés. Otro problema es que de a poco las emisiones de radio van desapareciendo. El fin de la URSS, por ejemplo, dejó libre una banda muy ancha. Los espacios rusos eran variados y alternaban temas culturales, de música y política. Los programas de la Voice of America, disminuyeron en proporción a la falta de programas rusos. Si sumamos a la geopolítica el advenimiento de nuevas tecnologías (como las emisiones on line) fuera de las posibilidades de nuestra población, se detecta un importante empobrecimiento cultural e informativo.
En el Chad, solo el 3% de la población tiene acceso a la electricidad. Obviamente, ese porcentaje se concentra en las principales zonas urbanas. Eso explica el número de aparatos de televisión por cada 100 habitantes: 2. En Goundi (10.000 habitantes) hay menos de 10 televisores. Las monjas, los jesuitas, los diocesanos, dos médicos, el administrador del hospital y dos en el mercado, transmiten los partidos de fútbol del Barça y del Real Madrid, que es -por lejos- lo que más motiva y anima a la población de Goundi. Lleno completo los días de partido.
Abonados a Internet en el país: cerca de un 0,08%, lo que me convierte en un privilegiado. Nuestro abono de Goundi es el único y lo compartimos con las hermanas, el staff del hospital y varios más que vienen a colgarse de nuestra señal, hasta ahora de libre acceso. El acceso es satelital, lo que significa tener una fuente de energía eléctrica, un módem, un servidor y el dinero para pagar la factura, que se eleva a varios miles de euros… impensable para la mayoría de chadianos.
goundi-01En la primera línea digo que algo ha cambiado. Hoy mis vecinos hablan del problema de los migrantes, preguntan buscando entender lo que ocupa los titulares en las informaciones mundiales. Incluso las noticias nacionales, buenas o malas, llegan al último pueblo de la sabana. Se está al corriente de los atentados de Bokoharam en el mercado de N’djamena. Se sabe que esta semana hay huelga de servicios públicos en N’djamena. A veces una información se viraliza. Así, durante el mes de junio del año pasado, en plena epidemia de Ébola, la noticia era que la sal aplicada en la piel y en el agua del baño prevenía la infección. La gente despertó a los comerciantes y el stock de sal se agotó en minutos. ¿Qué explica este cambio? La telefonía móvil. Sí señores, un 40% de chadianos tiene móvil. Cuando comenzaron a ofrecer los servicios de la telefonía, parecía imposible creer que un día, excepto en la región del Sahara, el país estaría cubierto por antenas de telefonía.  En pueblos remotos, como Goundi, se encuentran antenas, un grupo electrógeno y un operario que se encarga de hacer funcionar el sistema. Por supuesto que muchos pueblos de nuestra zona no tienen cobertura. Esto es paliado por el ingenio de los chadianos: saben en qué sitio, lo más cerca del pueblo, se capta una señal. Allí llegan una vez al día, en bicicleta, a pie o en moto (los potentados) a recibir mensajes de voz, SMS, transferir dinero o hacer llamadas. En la sabana hay algunos árboles grandes y los chiquillos se encaraman con los teléfonos para descargar mensajes.
Yo estaba muy poco convencido de la utilidad cuando comenzó el boom de los teléfonos. Pensaba en que la gran mayoría aún no sabe leer; entonces, no me resultaba claro cómo podrían usar el aparato.  Una abuela que está siempre por el hospital, me mostró cómo usaba el suyo: sabe cuál es el botón de encendido, luego sabe dónde apretar para poner en pantalla un listado de números que sus nietos le hicieron. La memoria hace el resto: una pulsada del botón: el hijo, dos pulsadas del botón: la hija, tres: fulanito… marcan y se ponen a gritar: Aló, aló, hasta que escuchan si alguien responde o aparece el mensaje de indisponibilidad del abonado. No se usa en la oreja… el teléfono se pone frente a la boca y con el volumen al máximo. Cuando alguien llama, la persona grita con todas sus fuerzas; así, cuando muchos llaman es una cacofonía impresionante. Las telefónicas africanas ofrecen múltiples servicios que son una real ayuda a la gente. Hay sistemas simples de transferencia de dineros. Uno se enferma, llega al hospital… hay que operar. En seguida la familia está al corriente  y comienzan a mandar dinero que las personas pueden recuperar en varios puntos, generalmente provistos por comerciantes.
Hace diez años el hospital tenía un parking de carretas. Era un sitio donde podías encontrar una veintena de ellas, bueyes y un abrevadero. Hoy no existe. Hay dos ambulancias que son solicitadas por teléfono. Los enfermos menos graves viajan en klando (mototaxi). Se llama del pueblo al dueño de la moto, que incluso transporta cadáveres. El difunto es sentado entre el chofer y una tercera persona y atado con una cuerda a los dos vivos.
goundi-02Hace dos años operé a un chico que hizo un par de años en la universidad. Fracaso escolar, tentativa de suicidio tragando ácido de baterías. No se murió, pero hizo una estrechez en la salida del estómago que casi lo mata. Llegó caquéctico. Le hice una reconstrucción del esfínter pilórico, se recuperó y hoy trabaja justo a la entrada del hospital. Se instala con una mesa y silla plegables y pasa el día cargando crédito a los móviles de los pacientes, asegurando transferencias de dinero, enseñando a nuevos usuarios cómo manejar el aparato, cargando baterías con otra batería… mientras escucha en la radio de su teléfono emisiones gratuitas del Corán, música, y se conecta a Facebook vía móvil compartiendo las fotos del recién nacido o del matrimonio. Radio Chad ha sabido adaptarse y transmite algunos boletines por teléfono.
Así es cómo se posicionan los chadianos frente al acontecer mundial y local. Todo cambia a pasos vertiginosos. Yo mismo he pasado en 25 años de un contacto de radio al día con la ciudad (lo que implicó examinarme como radio operador para obtener una licencia en tiempos en que el país aún estaba en guerra) a ser parte de los pocos que tienen un abono Internet.

Leopoldo Labrín SJ.

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