En la comuna de Tirúa, se está llevando a cabo un esfuerzo valioso y enriquecedor: las clases de chedungún, el Idioma del pueblo Mapuche, por parte de la Fundación Licán de la Compañía de Jesús. Este programa busca no sólo revitalizar nuestra lengua ancestral, sino también promover una conexión más profunda con nuestra cultura y herencia. A través de la participación activa de la comunidad y la creación de material didáctico, estos talleres están marcando un hito en el camino hacia la preservación y revitalización de este idioma.
Por Javier Rios R.
Antonio Chiwaikura, profesor encargado de los talleres, nos cuenta como estos se han convertido en un espacio de aprendizaje y conexión cultural. Desde la presentación personal hasta expresiones más avanzadas, los participantes se sumergen en un mundo de palabras y significados que han sido parte de nuestra identidad en la zona durante generaciones.
Las clases han surgido en el contexto de un proceso histórico de pérdida gradual de la lengua. Antonio nos habla de cómo la lengua mapuche fue impactada por el despojo, el genocidio y la aculturación forzada, lo que llevó al abandono de prácticas culturales y la asimilación: “Eso significó el abandono paulatino de las prácticas culturales de la lengua, lo que implica una homogeneización y una asimilación a esta cultura dominante. Este proceso histórico debilita las formas de vida mapuche y por supuesto, debilita la vitalidad de de la lengua. Porque las abuelas y los abuelos deciden enseñarle a sus hijos e hijas el español como primera lengua, el castellano como primera lengua para poder asimilarse y poder sobrevivir a este escenario adverso”
Es, entonces, fundamental la enseñanza de chedungún como un intento de fortalecer y recuperar la vitalidad de la lengua: “En el presente estamos en un punto crítico porque la lengua ha envejecido, los hablantes competentes que tuvieron chedungún como primera lengua se concentra en personas mayores de 60 años, 70 años, y no tenemos niños y niñas hablantes. La habilidad de una lengua se observa en la población infantil hablante de la lengua. Por lo tanto, estamos en una situación de riesgo. Cada vez que fallece una abuela, un abuelo, se van miles de palabras, y los intentos de salvaguardar la lengua desde las instituciones estatales no son suficientes”.
La lengua chedungún en el día a día para la recuperación de la identidad

La Fundación Licán orienta su servicio fundamentalmente en: el cuidado y fortalecimiento de la cultura mapuche y sus derechos; el cuidado y promoción de las personas, familias y comunidades de escasos recursos; el cuidado y protección del medioambiente y el cuidado espiritual en diálogo con las demás tradiciones religioso-espirituales del territorio. Por eso estos talleres no solo se limitan a la comunidad en general, sino que también están creando puentes importantes con otras áreas de la vida comunitaria. En colaboración con el área de salud local, se han impartido dos ciclos del “nivel 1”, especialmente diseñados para los funcionarios de salud: aprender el saludo y la presentación personal en chedungún ha fortalecido los lazos entre los profesionales y los pacientes, demostrando una vez más la versatilidad y el impacto de estos talleres.
¿Cómo ha sido la experiencia de colaboración en los Cesfam y cómo ha influido en la formación de los funcionarios de salud en el idioma mapuche?
Hemos tenido una respuesta positiva, cada vez tenemos más alumnos, funcionarios que quieren aprender la lengua. Ha sido un proceso importante. Ahora, tenemos un taller a finales de agosto que contará con más de 25 personas. Ha sido un un desafío para nosotros y también para las instituciones públicas, que valoran la lengua y se hacen parte también de este proceso de visibilizar nuevamente la lengua en otro espacio, en en espacios que usan las personas cotidianamente. Y que finalmente ayuda a que la lengua y que el chedungún esté de igual a igual con el español. Ha sido muy positivo y finalmente seguir avanzando en un diálogo intercultural.
Los Talleres de Enseñanza de Idioma Mapuche en Tirúa están abriendo puertas hacia una conexión más profunda con nuestra herencia y cultura. A través de la participación activa y el apoyo de la comunidad, estos talleres están revitalizando el chedungún y, con él, la identidad mapuche como pueblo. Cada palabra pronunciada es un testimonio de nuestro pasado y un paso hacia un futuro donde nuestra lengua ancestral florezca nuevamente en el corazón de nuestra comunidad. En ese sentido, Antonio, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a aquellos que están considerando unirse a futuros talleres de enseñanza de idiomas mapuche en tirúa?
Invitarles a participar, necesitamos a todas las personas. Este es un proceso comunitario colectivo, no es un proceso individual. Necesitamos fortalecer e ir revitalizando el chedungún, volver a hablar y visibilizar el idioma en los diferentes espacios en los que nos encontramos. Es urgente y necesario, además, como un desafío personal, para cada persona: fortalecer también el cerebro, las conexiones neuronales; y el chedungún nos ayuda a reivindicarnos con nuestro espacio físico, con la naturaleza, con la tierra, con el agua y volvernos más conscientes de del espacio y del cuerpo en el que habitamos, tanto el espacio físico que es la tierra como nuestro cuerpo.
¿Cómo se siente al ver el entusiasmo y compromiso por parte de los participantes?
Nos sentimos esperanzados en poder colaborar en los procesos de revitalización lingüística de este territorio, es un aporte pequeño pero que cada día va sumando más personas. Una lengua pertenece a un colectivo y mientras ese colectivo se fortalece, cada vez hay más personas interesadas. No se ve un se ve un futuro tan hostil respecto a la recuperación de la lengua, estamos esperanzados de que sea un pequeño aporte a la reconstrucción como pueblo. Una una lengua que no se habla, no se puede enseñar, no se aprende. Una lengua que no se habla no se puede aprender y por lo tanto, no se puede enseñar, entonces, es un conocimiento colectivo, no es individual. Por lo tanto, mientras más personas se sensibilicen, más personas quieran aprender, más personas quieran hablar nos vamos fortaleciendo como como Comunidad.