Una contribución de los jesuitas a la Iglesia: Discernimiento y Liderazgo

Esta iniciativa es respuesta al espíritu de servicio a la Iglesia que el P. Arturo Sosa, Superior General, ha puesto en evidencia en la presentación que ha hecho de las recién publicadas Preferencias Apostólicas Universales.

El programa incluye varias dimensiones espirituales: un tiempo de reflexión, la llamada “conversación espiritual”, compartir en pequeños grupos y un tiempo de oración personal. Todo ello para crear un espíritu de equipo. El liderazgo guiado por el discernimiento implica todo un modo de proceder que, según el Padre Sosa, “nos permite entrar en comunión en el cuerpo único cuya cabeza es Cristo”.

La primera parte del seminario se ha celebrado en la Curia jesuita del 27 al 31 de mayo. Una segunda parte, con los mismos participantes, será ofrecida en octubre. El encuentro reúne a personas de los Dicasterios Vaticanos, a Superiores Generales de diversas Órdenes y Congregaciones y a algunos miembros del propio Consejo General del Padre Sosa. Todos han tenido la oportunidad de reflexionar sobre esa vasta experiencia de liderazgo ayudados por un equipo de expertos de instituciones jesuitas como Le Moyne College (Syracuse, NY, Estados Unidos), Georgetown University (Washington, DC, Estados Unidos) y ESADE (Barcelona, España). Los participantes son originarios de unos 20 países del mundo.

Al principio del taller, se hace hincapié en la importancia de escuchar. Éste es, en efecto, un punto que el propio Papa Francisco plantea a menudo. En un reciente discurso a los dirigentes de Caritas Internationalis dijo: “La humildad nace cuando, en lugar de hablar, se escucha, cuando uno deja de estar en el centro. (…) Es el camino del servicio humilde que Jesús siguió. Siempre es importante escuchar la voz de todos, especialmente de los pequeños y de los más pequeños. En el mundo los que tienen más medios hablan más, pero entre nosotros no puede ser así”.

Si la Compañía de Jesús ofrece este tipo de servicio, es porque los jesuitas creen que la tradición ignaciana, con su énfasis en el discernimiento, posee un gran potencial que puede ser muy útil en el contexto de la Iglesia de hoy. En efecto, nos vemos confrontados a problemas difíciles, algunos de los cuales son completamente nuevos debido a los rápidos cambios que se producen en el mundo. Puesto que el mensaje cristiano fue desde el principio radicalmente nuevo en su visión de las relaciones entre Dios y los seres humanos y en su manera de dar prioridad a los más pequeños, una lectura con discernimiento de los signos de los tiempos puede resultar muy importante. Así un liderazgo competente en sintonía con la tradición ignaciana puede dar a luz un estilo eclesial contemporáneo y lleno de vitalidad.

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