“Frente a la crisis que estábamos viviendo había que responder de manera seria y con convicción”, señala la abogada María de los Ángeles Solar, directora del Centro de Prevención de Abusos Sexuales y Reparación (CPR), de la Compañía de Jesús.
Ha pasado ya más de un año desde que fue creada esta oficina integrada por un equipo profesional interdisciplinario para abordar la dolorosa problemática de los abusos, de manera independiente y objetiva. Esta oficina, además de su directora, la integran Francisca Salinas, psicóloga, el jesuita Larry Yévenes y Trinidad Bascuñán, quien apoya en diversas tareas.
En una primera etapa, el CPR tuvo que enfrentar la contingencia del momento –caso Renato Poblete y otros – además de la recepción y gestión de denuncias en contra de jesuitas.
“Se requería –explica María de los Ángeles – armar un marco de trabajo que permitiera desde la Compañía responder a las necesidades de las víctimas, y por ello como equipo nos concentramos en formular un trabajo integrado con ellas, dando espacio a la escucha y buscando diversas maneras de responder a las necesidades de cada persona, siendo conscientes también, de nuestras reales posibilidades y limitaciones como Institución.” En el CPR han identificado tres vías principales a través de las cuales se puede apoyar el proceso de reparación de las víctimas: la primera de ellas, es la reparación a nivel del vínculo, que implica una acogida, un diálogo y una escucha permanente de quienes han sido abusados, así como el acompañamiento por parte del equipo durante todo el proceso. En el marco de esta dimensión, es que muchas veces surge la necesidad de gestionar un apoyo terapéutico que le permite a las víctimas reelaborar la experiencia abusiva y vivir este proceso de manera contenida, con apoyo profesional a nivel psicológico.
En segundo lugar, está el plano simbólico de la reparación, que de acuerdo a lo que el CPR ha podido constatar resulta fundamental. En esta dimensión hay diversas acciones, que van desde un reconocimiento formal a la víctima a través de una carta escrita por el Provincial donde se reconozca su experiencia, el daño causado y se pida perdón por ello; hasta la implementación de políticas de prevención que de alguna manera garanticen elevar los estándares al interior de las obras de la Compañía. En este contexto, una de las gestiones en las que ha estado trabajando el equipo del Centro las últimas semanas, es en la devolución del premio Bicentenario entregado a Renato Poblete en 2009.
La tercera vía es la reparación económica: “Si bien entendemos que ningún valor se equipara al dolor provocado a las víctimas, que no es medible, creemos que esta dimensión es importante dentro de una reparación integral, ya que da cuenta de un reconocimiento que se materializa a través de algo concreto”, explica la directora del CPR, quien además indica que se ha llevado adelante un esfuerzo serio y profundo para incorporar este elemento dentro de algunos procesos reparatorios.
Sobre el estado de las denuncias, María de los Ángeles Solar cuenta que “desde que comenzamos a trabajar, en abril de 2019, hasta la fecha, hemos recibido seis, dos de ellas correspondientes a jesuitas previamente investigados, las cuales, como establece nuestro protocolo, fueron debidamente revisadas por el Comité de Recepción de Denuncias, que lo integran tres laicos externos a la Compañía. Asimismo, hemos tomado contacto con víctimas de denuncias anteriores con el fin de iniciar un diálogo con ellas”. En tanto, respecto al estatus de los procesos de reparación, sus resultados y términos, explica que, “ni la Compañía, ni el Centro, van a difundir información que es parte del proceso de sanación de una víctima. Nuestra intención es ser un aporte en este camino, y creemos que la exposición de los detalles relacionados al abuso puede generar revictimización, lo que por supuesto no suma”.
La abogada, agrega que, desde hace algunos meses, y sin dejar de lado los procesos con los denunciantes de abuso, el CPR ha comenzado un fuerte trabajo en materia de prevención. Por una parte, se inició una certificación con la empresa internacional Praesidium, la que permitirá a la Provincia alcanzar los mayores estándares definidos por una acreditación de esta naturaleza. Y por otra, se ha puesto el foco en orientar y apoyar a las obras de la Compañía en materia de prevención, además de trabajar en la actualización del protocolo de la Provincia, que data de 2016.
En el contexto del apoyo a las obras jesuitas en Chile, el equipo del CPR ha podido visualizar que otra de las necesidades, es la implementación de procesos formativos o de capacitación para los encargados de prevención de las distintas instituciones, tarea que se llevará adelante a partir de 2021. Finalmente, desde el Centro se señala que, con estas acciones, esperan contribuir a la sanación de las víctimas, además de la búsqueda de la verdad y la justicia, lo que evidentemente conlleva un compromiso para evitar, utilizando todos los medios disponibles, que hechos como estos vuelvan a repetirse.