La sorprendente restauración del crucifijo lignario de la Basílica Vaticana

Eugenio Murrali para Vatican News
Desde el siglo XIV hasta la actualidad, millones de ojos han cruzado su mirada, han presentado una oración, una confidencia bajo la cabeza del Cristo de madera reclinado del siglo XIV, obra de un autor anónimo. Su historia y la de una restauración, dificilísima y admirable, se cuenta ahora en un libro – El Crucifijo lignario (hecho de madera) de la Basílica Vaticana – presentado este jueves en los Museos Vaticanos y disponible en la página web de la Fundación Caballeros de Colón que, junto con la Fábrica di San Pedro, ha hecho posible restaurar la belleza original del Crucifijo.

El volumen

Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, Pietro Zander, director de la Oficina de Conservación y Restauración de los Bienes Artísticos de la Fábrica de San Pedro, presentó el volumen en la sala de conferencias del museo, junto con el cardenal Angelo Comastri, el cardenal James Francis Stafford y los restauradores Giorgio Capriotti y Lorenza D’Alessandro. El libro, dividido en 12 capítulos, cuenta con importantes aportaciones, que analizan en profundidad las fases de la restauración, con una rica información iconográfica, y describe en detalle las intervenciones posteriores a la obra, los cambios sufridos a lo largo de los siglos. El autor permanece en el anonimato, pero, observó Zander citando a San Agustín: “Buscamos con el deseo de encontrar, y encontramos con el deseo de buscar de nuevo”.

Una maravillosa obra de arte

Barbara Jatta y Pietro Zander se centraron en la belleza del Crucifijo del siglo XIV y en las dificultades de la restauración que hizo necesaria la creación de una “sala operatoria”. Aquí, durante 493 días, del 11 de julio de 2015 al 29 de septiembre de 2016, realizaron un excelente trabajo profesionales cuyas manos -como ha señalado el Card. Angelo Comastri – “fueron guiadas por la inteligencia y el corazón”. Una empresa que requería un nivel de profesionalidad muy alta como los de Giorgio Capriotti y Lorenza D’Alessandro.

Encontrar la verdad de la obra

Los restauradores han explicado, en sus fascinantes intervenciones, algunos de los principales objetivos de las operaciones en el Crucifijo, que con el paso del tiempo había sido dañado por termitas, intervenciones arbitrarias, hasta  por nueve capas de pintura en la tez y quince en el taparrabos. Hoy es posible admirar al Cristo, de 2,15 metros de altura y con una abertura de los brazos de 1,96 metros, colocado sobre una nueva cruz de madera de nogal (402 x 243 x 5), en la Basílica de San Pedro. También se puede apreciar la policromía redescubierta y las hermosas anatomías. En el volumen también se puede aprender mucho sobre las 15 localizaciones diferentes del Crucifijo en el tiempo, entre la antigua y la nueva Basílica, sobre las restauraciones del pasado, como la de Matías Gómez de 1749-50.

Belleza estética y espiritual

El Cardenal Angelo Comastri subrayó la maravilla espiritual producida por la visión de la obra, recordó que el crucifijo grita el amor apasionado de Dios por la humanidad. El Cardenal Stafford pronunció un discurso, “Dios ha reinado desde la cruz”, en el que relató a los presentes la belleza de tres crucifijos romanos diferentes, el de la Basílica de San Pedro, el de San Pablo y el de Santa María en el Trastevere.
Fuente: Vatican News

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